Una vuelta soñando

me acerqué a Charly garcia. Le pregunté si todavía sabía escribir himnos del rock nacional. Se sonrió y casi llora.
Agarró un instrumento a cuerda de nylon, con arco y un artefacto extra para acercar los labios. Repitió su melodía hipnótica. Le daba al najo y percu con una especie de contracaja de goma espuma.
En realidad la podía tocar solo pero yo lo segundeé en este último loopeando mi parte.
Tocamos en vivo para un auditorio universitario.


A los 15 minutos llegaban los cuatro beatles quejándose del té que hacen en -creo- Banfield.

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Mirá a lo que te invitaste

al final hice esto